INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1362

¿Los diamantes son para siempre?

Las últimas tendencias en la minería, que buscan la sustitución de algunos minerales por otros más abundantes, están afectando al mercado de diamantes. En una industria afectada por las redes de comercio ilícito y la fijación de precios, los diamantes sintéticos han llegado para quedarse.

Cada año, una de las industrias más antiguas –la minería– suministra millones de toneladas de minerales sin los que no podrían existir muchas otras industrias: la automotriz, siderúrgica, aeroespacial, electrónica… Sin ellos, tampoco podrá llevarse a buen puerto la transición energética hacia fuentes renovables. Los combustibles fósiles suponen hoy el 80% del consumo global de energía.

Según diversas estimaciones, para cumplir las metas de descarbonización del Acuerdo de París, diversas actividades mineras tendrían que crecer 400%-7.000% de aquí a mediados de siglo. La fabricación de paneles solares, turbinas eólicas, baterías ion-litio, entre otras tecnologías, requieren cantidades ingentes de litio, cobalto, níquel, cobre, manganeso y otros minerales para generar la misma cantidad de energía que los hidrocarburos y el carbón. Además, la mayoría de los metales de la transición verde son difíciles de extraer y refinar para uso industrial.

El proceso, además de caro, contamina y su consumo de agua es intensivo. Tras décadas de inversión en minas y refinerías, China prácticamente monopoliza la producción del cobalto (75%), compuestos de litio (58%), grafito sintético (69%), sulfato de níquel (69%), manganeso (95%) y proporciones similares o mayores de varias tierras raras: lantano, itrio, neodimio…

Muchos de esos metales se extraen en zonas remotas de países pobres en pésimas condiciones laborales y con mano de obra infantil, como ocurre con el cobalto en la RDC. En Indonesia, la industria del níquel está deforestando casi tanto como los cultivos de palma aceitera.

Esas dificultades están acelerando la I+D en modos de sustituirlos por minerales más abundantes y de extracción sencilla –sodio o fosfatos ferruginosos, por ejemplo– y en procesos artificiales que replican las condiciones geológicas naturales que crean varias piedras preciosas de uso industrial y en joyería.

En este contexto, llama la atención los cambios en el mercado mundial de diamantes, que mueve…

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