A ello se añade el cierre por Venezuela de su espacio aéreo a aviones argentinos en represalia por la incautación por Buenos Aires de un Boeing 747 iraní-venezolano y su entrega a EEUU, la reimposición por México y Perú de visados a sus respectivos ciudadanos y la intención de Uruguay de firmar un tratado de libre comercio con China, que podría romper Mercosur.

Tampoco había ocurrido que dos países se pusieran al borde de la ruptura diplomática por una escalada de ofensas en las redes sociales, tras el cruce de acusaciones entre los presidentes argentino y colombiano, con Javier Milei llamando a Gustavo Petro “terrorista asesino” e “ignorante” al mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

Estos sucesos muestran el peligro que esconde la convergencia entre los discursos populistas y las redes sociales, demostrando que algunos comportamientos asociados a la llamada “política del espectáculo” pueden dar lugar a serias crisis diplomáticas. Nada permite esperar que las cosas vayan a mejorar. Ante lo que algunos países considerarían un casus belli, México se ha limitado a decir que acudirá a la CIJ en La Haya.

Este breve resumen muestra una creciente fragmentación que se contradice con la reiterativa – y vacua– retórica integracionista. Lo que hasta ahora no había sucedido es que se violara la inmunidad diplomática, algo que no hizo la dictadura argentina con el expresidente Héctor Cámpora, que tras el golpe militar de 1976 se asiló en la embajada mexicana, donde estuvo hasta 1979. El caso podría sentar un precedente si la transgresión queda impune. En Venezuela, seis integrantes del comando de campaña de María Corina Machado están asilados en la embajada argentina, a la que se le cortó la luz y el agua.

La paradoja es que en la región existen más de 10 bloques de integración –Aladi, CAN,…