A pesar de la fortaleza del dólar y a los planes de la Reserva Federal de mantener altos sus tipos, los sondeos del GWC entre los bancos centrales muestran que el 60% cree que las reservas globales de oro aumentarán en los próximos cinco años. En 2023, solo el 38% lo creía y un 29% va seguir aumentado sus compras.
Los países del Sur Global –los mayores compradores desde la crisis de 2008–, son ya el 40%, entre otras cosas por la estabilidad que brinda el oro en tiempos de crisis. La escalada de la onza troy se debe, según Ross Norman, de MetalsDaily al “torrente de oro” que está fluyendo hacia manos chinas, públicas y privadas. En marzo, el banco central de la República Popular (BCP) aumentó sus reservas de oro por 17 mes consecutivo. En 2023, compró 225 toneladas, el mayor volumen desde 1977.
Pese a la escasa oferta del metal, sus elevados costes de transporte y almacenamiento y su poca utilidad como medio de pago, Pekín está convencido de que la “bárbara reliquia”, como la llamaba J.M. Keynes, reduce su exposición al riesgo de las sanciones de Washington y sus aliados.
En marzo, China tenía entre sus reservas 775.000 millones de dólares en bonos del Tesoro, frente a los 1,1 billones de 2021, lo que indica que los está vendiendo en parte para comprar oro, que aun así solo representa el 4,6% de sus reservas totales, frente al 9,2% de las de India.
Según la China Gold Association, en abril el volumen medio de las transacciones de oro en la Shanghai Futures Exchange se duplicó en relación al mismo mes de 2023. En abril, el volumen de negociación diario en la Shanghai Gold Exchange se duplicó. El precio spot del oro en China es 85 dólares mayor…