La vieja guardia del Partido Liberal Democrático (PLD) impuso a su candidato Kishida, de 64 años, en la segunda ronda de las elecciones internas, celebradas el 29 de septiembre para designar a un nuevo líder. La elección fue un intento apresurado por cerrar la crisis desatada hace un mes cuando Yoshihide Suga renunció a su cargo de primer ministro, abrumado por las críticas ciudadanas a su gestión de la pandemia. Con la elección de Kishida, que implica su conversión formal en primer ministro en la votación parlamentaria del 4 de octubre, el PLD pretende asegurarse la victoria en las elecciones legislativas previstas para noviembre. No lo tendrá fácil.
Dada su mayoría en la Cámara de Representantes (284 de los 465 escaños) y las peculiaridades del sistema político japonés, era de sobra conocido que el nuevo líder del Jimintō, abreviatura japonesa del PLD, se convertiría automáticamente en primer ministro. Lo relevante,…