La chispa sobre la trama rusa prendió hace días en la Republica Checa. El Ministerio de Relaciones Exteriores sancionó al oligarca ucraniano Viktor Medvedchuk, aliado del presidente ruso Vladimir Putin, así como a Voice of Europe, un medio de comunicación caracterizado por sus posiciones pro-rusas. Según el gobierno checo, el oligarca ruso se estaba sirviendo del mencionado medio para llevar a cabo una “operación de influencia rusa” en el territorio checo.

El primer ministro de Bélgica ha confirmado la existencia de la trama. Alexander De Croo ha llegado a afirmar que miembros del Parlamento Europeo han recibido dinero por difundir propaganda rusa. Los servicios de inteligencia de Republica Checa y Bélgica colaboran para determinar el alcance de la trama.

Los tentáculos del Kremlin podrían afectar a partidos de todas latitudes. Según las informaciones de medios checos que han hablado con los servicios de inteligencia de ese país, políticos de Alemania, Francia, Polonia, Bélgica, los Países Bajos y Hungría están involucrados.

En Alemania, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) está bajo presión ante las informaciones que apuntan a uno de sus más destacados parlamentarios. Según medios checos, Petr Byston, portavoz en materia de política exterior de este partido en el Bundestag, aceptó 25.000 euros de la red pro-rusa.

La nueva campaña de influencia rusa llega con menos de tres meses antes de las elecciones al Parlamento Europeo del 6 al 9 de junio. El tema preocupa especialmente en los pasillos de la Eurocámara. Hay un precedente que pesa en esta legislatura: el escándalo de corrupción e intromisión extranjera del conocido como Qatargate.

El Parlamento Europeo fue sacudido por acusaciones de que actores extranjeros –Qatar y Marruecos– intentaron corromper sus procesos democráticos a través de sobornos a destacados miembros de la Eurocámara del grupo…