La velocidad es mala consejera para tomar decisiones, sobre todo si quien debe tomarlas no es precisamente ágil. Los días que han seguido al ataque de Hamás y la escalada bélica han dejado a la luz una serie de precipitaciones y contradicciones protagonizadas por algunos de los primeros espadas de la maquinaria política de la UE.
El lunes posterior a los ataques llevados a cabo por Hamás, con un saldo de víctimas que supera los 1.400 fallecidos, el comisario húngaro encargado de las políticas de ampliación y vecindad, Olivér Várhelyi, anunció públicamente la suspensión de la ayuda humanitaria a Palestina. A las pocas horas quedó claro que Várhelyi, en realidad, había actuado por su cuenta.
Poco después, Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, señaló que el corte de agua y electricidad llevado a cabo por Israel en Gaza era probablemente una acción contraria al Derecho Internacional Humanitario. Borrell…