EL 16 de julio, en un inhabitual comunicado conjunto, cuatro departamentos de la administración de Joe Biden –Estado, Tesoro, Comercio y Seguridad Interior– advirtieron a las compañías norteamericanas que operan en Hong Kong de que la nueva ley local de seguridad nacional, aprobada en julio de 2020, suponía “serios riesgos legales, económicos y de pérdida de reputación” para las compañías que decidan permanecer en la antigua colonia británica.
En otras épocas, menos marcadas por las fricciones bilaterales, Washington habría actuado con mayor discreción o se habría abstenido de hacer comentarios sobre lo que ocurre en uno de los mayores centros financieros del mundo. La Cámara de Comercio de EEUU en la ciudad tiene unos 1.200 miembros. Solo en 2020, 285 firmas estadounidenses escogieron Hong Kong para situar sus cuarteles generales asiáticos. Pero las reglas de juego han cambiado.
El departamento de Comercio acaba de añadir 14 compañías chinas a su…