“Convoco a ese gigante dormido, al pueblo colombiano, a movilizarse contra el golpe de Estado”, escribía Petro en X, tras la intención del Consejo Nacional Electoral (CNE) de investigar la supuesta financiación irregular de su campaña electoral. Pese a ello, el Parlamento y el poder judicial muestran su fortaleza, sin más turbulencias políticas que las normales con un gobierno sin mayoría en el Congreso.
Petro insiste en que el Pacto Histórico, la coalición oficialista, necesita volver a ganar en 2026 para profundizar los cambios, pero con un 26% de apoyo y una desaprobación del 60%-65%, es poco probable que lo logre, sobre todo con los vientos económicos en contra.
En los tres trimestres entre junio 2023 y marzo 2024, la economía no creció y este año se espera un anémico 1,5%, frente a la media del 3,5% en lo que va de siglo. Esta tendencia es debida, entre otros factores, a la restitución judicial de las deducciones de impuestos a las petroleras que obligó al gobierno a recortar el gasto público y la inversión en 5.000 millones de dólares (1,2% del PIB).
Con un déficit del 5,3%, el margen de maniobra fiscal es cada vez más estrecho. Según el banco central, la deuda total del país equivale al 50,8% del PIB; 29,3% del sector público y 21,5% del privado, similar a la media de economías emergentes (52%). El problema es que la curva es ascendente: en 2012 era el 33,2%.
En 2023, la tasa de pobreza bajó tres puntos, hasta el 33%, pero la tasa de desempleo escaló al 12%. La inflación ronda el 7%, lejos de la meta (3%) del banco central, cifras que explican la rebaja de estable a negativa de la calificación crediticia del país por Moody’s.
La aprobación de las reformas tributaria y previsional, que reduce…