Nada puede darse por seguro en una guerra, pero en la ucraniana se acumulan indicios de que ambos bandos preparan una ofensiva en toda regla. Las dudas están en saber quién empezará antes, y si ese inicio se producirá en pleno invierno, adelantándose al momento en que el terreno se embarra hasta convertirse en impracticable, o si se retrasará hasta bien entrada la primavera.
En cuanto a Rusia, sirva el nombramiento de Valeri Gerásimov como comandante supremo de las fuerzas invasoras, sin dejar su cargo de jefe del Estado Mayor de la Defensa, señal de la voluntad de Moscú por recuperar a toda costa la iniciativa en el campo de batalla. Más allá de que esa decisión
–que ha supuesto la defenestración de Serguéi Surovikin, ahora reubicado como comandante del componente aéreo de la fuerza invasora– responda a disensiones internas entre quienes pugnan por contar con las bendiciones del…