INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1379

¿Golpe blando en México?

Tras su contundente triunfo electoral del 2 de junio, que le otorgó una cómoda mayoría parlamentaria en ambas cámaras, ya nada impide que Andrés Manuel López Obrador reúna en septiembre los votos necesarios para reformar la Constitución, sobre todo en los puntos referidos al poder judicial.

Con el 72% de los diputados y 82 senadores la coalición vencedora tiene ahora los medios para cumplir uno de los objetivos prioritarios que se planteó en 2018 y que envió en febrero al Congreso: la llamada “cuarta transformación”. Esta reforma fue truncada en 2021, cuando el oficialismo perdió la mayoría cualificada en las dos cámaras federales.

El plan del ejecutivo no incluyó ninguno de los matices que sugirió el equipo de la entonces candidata, Claudia Sheinbaum. La reforma impulsada por López Obrador hará que 1.688 cargos judiciales –entre federales y estatales– se sometan a votación popular.

Los ministros de la Suprema Corte serán nueve, dos menos que ahora, y serán elegidos cada 12 años. El 80% de los mexicanos apoya algún tipo de reforma, algo que no resulta extraño con una tasa de impunidad que ronda el 90% en casi todos los delitos y que se mantiene inalterada…

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