¿Puede un primer ministro en pleno ejercicio presentarse ante su país como el cambio que verdaderamente necesita? Esta es nada más y nada menos la arriesgada contorsión que ensaya Rishi Sunak, premier británico, comprensiblemente inquieto ante las malas perspectivas electorales a las que se enfrenta su partido el año próximo.
“Lideraré de una forma diferente, porque solo de esa manera podremos vivir el tipo de cambio en nuestra política y en el país que desesperadamente deseamos ver”, dijo Sunak ante los delegados del Partido Conservador durante su congreso anual la semana pasada. El giro político, aseguró, debe romper con “30 años de un sistema político que incentiva las decisiones fáciles, no las acertadas”.
Una mirada a las encuestas da idea de la desesperación de Sunak por reinventarse en tiempo récord. La moral en su partido es de absoluta derrota y nada hay como presentir lo peor para que los ánimos…