Con la fanfarria habitual que Pekín reserva para las grandes ocasiones, Xi Jinping recibió la semana pasada a altos representantes de más de 130 países y de más de 30 organismos internacionales en el marco del III Foro de la Franja y la Ruta, coloquialmente conocido como la Nueva Ruta de la Seda. En comparación con las dos anteriores (2017 y 2019), la cita ha sido de un nivel similar en cuanto a representación, aunque se ha hecho notar la práctica ausencia de dignatarios estadounidenses y especialmente europeos, con Alemania, Francia, Grecia y República Checa sin presencia alguna, junto a una Italia que, tras haberse sumado en su arranque a la iniciativa china, ha decidido recientemente desmarcarse. Importancia especial ha tenido, asimismo, la presencia del presidente ruso, Putin.
Tras el obligado paréntesis provocado por la pandemia y la particular y costosa estrategia china de cierre, Pekín vuelve a recobrar…