En los últimos meses varios reguladores financieros han publicado informes y avisos sobre el peso creciente de los criptoactivos en la economía. La acumulación de capital de las familias en este producto financiero tan desregulado ya preocupaba a las instituciones justo antes del colapso sufrido en abril. Dos movimientos eran los motivos de preocupación: la inversión de particulares apalancados, que solicitaban créditos para invertir en cripto, y la interrelación creciente con el sector bancario por los nuevos vehículos de inversión que estaban creando para incorporarse al boom.

El hundimiento de la stablecoin luna provocó un terremoto en todo el sector, con caídas masivas. El bitcoin cayó un 32% y desde noviembre se ha dejado la mitad de su precio. Un auténtico batacazo que ha provocado que muchos inversores hayan perdido “hasta la camisa”. Muchos de ellos lo han hecho públicamente, ya que se trata de traders amateur que han…