Las intervenciones de los bancos centrales provocaron que los mercados se convirtieran en una “balsa de aceite” durante una década, y esto a pesar de que en dicho periodo el crecimiento económico fue decepcionante y el mundo sufrió una gran pandemia. De hecho, durante 2020 y 2021 la deuda pública de todos los países creció de forma acelerada y los mercados fueron capaces de proporcionar toda esa demanda de liquidez en un contexto de máxima incertidumbre.
Sin embargo, algo ha cambiado con la actual crisis energética. Los mercados han vuelto a enseñar sus dientes y ya son motivo de preocupación para la clase política. Como lo fueron siempre hasta 2012 y como volverán a serlo en el futuro. El ejemplo más evidente es cómo han obligado a la premier británica, Liz Truss, a cambiar su gran plan fiscal de estímulo. El gobierno anunció una importante bajada de impuestos que incluía…