Las nuevas fórmulas del comercio minorista surgidas en los últimos años gracias a la digitalización y la logística, han permitido un asalto de las empresas extranjeras a los mercados nacionales europeos. Algunos de los grandes minoristas chinos han conseguido copar la demanda gracias al bajo precio al que venden sus productos y a su estrategia para importar en pequeñas cantidades que consigue evitar el pago de aranceles en las aduanas.
En concreto, los usuarios europeos compran directamente en plataformas chinas, por lo que la entrada de paquetes de pequeño tamaño no llega al umbral de los 150 euros establecido a partir del cual, se tienen que pagar los impuestos de importación. De esta forma, distintos minoristas chinos han logrado reducir sus costes fiscales, lo que les permite competir con precios aún más bajos e incrementar sus economías de escala. Es el caso de cadenas tan populares en el continente como Aliexpress, Shein o Temu.
La Comisión Europea está preparando una modificación de la normativa para que las empresas de fuera de la UE tengan que soportar el arancel sea cual sea el coste del bien importado, según avanzó la semana pasada el diario Financial Times. Según los cálculos de Bruselas, en 2023 se importaron bienes por valor de 2.300 millones de euros que pasaron por debajo del límite de 150 euros libres de impuestos. Este sistema era impensable antes del surgimiento del comercio electrónico, ya que los importadores eran mayoristas que tenían que “pasar por caja” en las aduanas.
Estas empresas cuentan con otra ventaja: China subsidia los costes de envío por vía aérea. Esto, que en circunstancias normales encarecería gravemente el precio del paquete, apenas tiene efecto porque cuenta con una subvención pública. Esto permite que los paquetes lleguen de forma individual desde China en un corto plazo…