Basta con recordar que el 90% del comercio mundial se realiza a través de los mares para entender la importancia estratégica de pasos como los canales de Panamá y Suez o los estrechos de Gibraltar, Ormuz y Malaca. Este último –un embudo entre la isla indonesia de Sumatra, Malasia y Singapur, con unos 250 kilómetros de ancho en su parte occidental y no más de 60 en la oriental– es la vía marítima más corta entre el océano Índico y el Pacífico y uno de los puntos de mayor densidad de tráfico del planeta. Esto explica que cada seis minutos haya un barco entrando o saliendo de sus aguas y que sean muchos los actores, con India, China y Estados Unidos a la cabeza, interesados en lograr su control.
De todos los países no hay ninguno tan dependiente de lo que allí ocurra como China. Para mantener su condición de…