El primer año en la Casa Blanca ha dejado un sabor agridulce a Biden y a los miembros de su administración, varios de ellos veteranos del gobierno de Barack Obama, como Ron Klain, hoy jefe de gabinete de Biden, o Janet Yellen, actual secretaria del Tesoro. Después de un auspicioso inicio, los niveles actuales de aprobación de Biden no superan en algunos sondeos el 35%, frente al 49% de hace siete meses. Solo Donald Trump había tenido cifras tan bajas en su primer año de mandato.
Algo parece claro: la armonía bipartidista que Biden buscaba no se va a concretar a corto plazo, por lo menos mientras Trump siga con grandes posibilidades de volver a ser el candidato republicano en 2024. Difícilmente la Casa Blanca podía haber imaginado un giro tan brusco de guion. Más difícil de manejar y con peores consecuencias para la acción de gobierno es la división…