En las elecciones presidenciales de 2024, el desenlace dependerá una vez más del puñado de votos que hará inclinar de un lado u otro a Estados oscilantes (swing states) clave como Nevada o Arizona que decidirán la mayoría del colegio electoral. Los demócratas saben que no pueden dar nada por seguro. En las legislativas de mitad de mandato de noviembre de 2022, el 60% del voto latino fue para candidatos demócratas, frente al 72% en las de 2018.
En 2021 los votantes hispanos sumaban ya el 19% de la población (62,1 millones), frente al 13% en 2000, según el US Census Bureau, que obliga a los ciudadanos a definirse racialmente. El problema es que los latinos –o hispanos– son una categoría étnica difusa porque pueden ser de cualquier raza, lo que añade complejidad a una identidad que la administración define como única.
Más de la mitad (55%) de los hispanoparlantes…