INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1311

Estados Unidos-China: Preguntas en el aire

El episodio del globo espía chino es el último de una larga cadena de incidentes similares que habían permanecido en la sombra, generando dudas sobre la gestión estadounidense de sus fallas de seguridad. El episodio también revela la escasez de canales de comunicación entre Washington y Pekín para evitar que la competencia estratégica no se descontrole.

Pocas dudas puede haber sobre la naturaleza del globo chino que un misil Sidewinder estadounidense lanzando desde un F-22 derribó, el 4 de febrero, sobre aguas territoriales de Estados Unidos, frente a Carolina del Sur. Si hubiera sido un globo meteorológico, como argumentaba Pekín, lo normal es que desde el primer momento hubiera advertido a Washington (con pruebas) de que se trataba de un sistema inofensivo que se había desviado de su trayectoria, tanto para evitar malentendidos como para frenar la previsible destrucción de un artefacto que invade el espacio aéreo de un Estado soberano. Pero si se trataba de uno más de los sistemas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento que China emplea desde hace años para saber qué tienen y qué hacen otros países que pueden afectar a su seguridad, se entienden sus negaciones y hasta su expresión de malestar por el derribo, tratando incluso de culpabilizar a EEUU de provocar un nuevo incidente que dificulta aún más sus tensas relaciones.

En todo caso, nada de esto agota las preguntas sin respuesta. ¿Por qué Washington hace público ahora lo que, al parecer, viene siendo una realidad conocida por sus servicios de inteligencia desde hace tiempo? Con motivo del rifirrafe provocado por los republicanos en su intento de demostrar que Joe Biden vacila cuando la seguridad nacional es desafiada, se ha sabido que este tipo de sistemas chinos habían sido detectados en diferentes ocasiones, tanto sobre Hawái como sobre el espacio aéreo de otros aliados, como Japón e India hasta Centroamérica.

En esa línea cobra importancia lo que revela The New York Times, dando cuenta de un informe clasificado en el que el Pentágono reconoce que una potencia extranjera (que no se cita) puede estar detrás de no menos de 366 incidentes inexplicados registrados desde 2021, de los que 163…

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