INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1264

Estados Unidos-China: El viaje que cambió el mundo

La visita de Richard Nixon en 1972 a Pekín cambió el equilibrio de poder de la guerra fría. El mandatario estadounidense era consciente de que la integración de China en los mercados mundiales haría inevitable la rivalidad económica y militar con EEUU. Pero ese era el precio de la derrota de la URSS.

Años después de que sus contactos con los jerarcas chinos, en julio de 1971, dieran luz verde a la visita de Nixon a Pekín en febrero de 1972 –hace hoy medio siglo–, Henry Kissinger auguró a uno de sus colaboradores en el departamento de Estado que cuando los chinos fuesen poderosos y “no nos necesiten más”, negociar con ellos sería muy duro. No se equivocó.

En 2017 en Pekín, el primer ministro chino, Li Keqiang, describió a H. R. McMaster, entonces asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, el orden mundial al que aspiraba Pekín: una economía global en la que EEUU y el resto del mundo suministrarían al dragón asiático las materias primas y bienes que necesitase para alimentar su producción industrial. Un siglo antes, en 1919, Mao anticipó que el renacimiento del pueblo chino devolvería a China al lugar legítimo que le corresponde; es decir, potencia dominante en…

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