Tras la salida británica de la Unión Europea queda por ver cómo se reconfiguran las relaciones transatlánticas. Durante décadas, Washington ha tenido en Londres a su socio preferente en el viejo continente, pero ahora hay señales claras de que Estados Unidos está a la búsqueda de un nuevo interlocutor privilegiado. Y nadie parece más atractivo para ocupar ese puesto que Alemania, convertida ya en el principal poder económico y político de la Unión. Sin embargo, y a pesar de las apariencias, no parece que ambos actores hayan logrado todavía una sintonía plena a la hora de fijar sus prioridades.
China ha sido –en el marco de las recientes cumbres del G7, OTAN y EEUU-UE– el punto de fricción que más claramente ha visibilizado las diferencias existentes. Uno de los principales objetivos de Joe Biden en esas citas ha sido recabar la colaboración de sus socios y aliados para sumar fuerzas…