Debido a que los VE pueden recoger información sensible de teléfonos, trayectos y sistemas de navegación e infraestructuras críticas –bases militares, redes eléctricas…– y enviarla a las compañías fabricantes, China solo permite circular en su territorio a automóviles con software chino.

Según la secretaria de Comercio de EEUU, Gina Raimondo, los VE conectados son “smartphones con ruedas” con capacidad para absorber millones de terabytes de datos: financieros, biométricos, de geolocalización… Joe Biden ha advertido que los VE chinos podrían enfrentarse a mayores aranceles, hoy ya del 27%.

No es casualidad que la Casa Blanca anunciara la investigación casi coincidiendo con la llegada al puerto alemán de Bremerhaven de un carguero procedente de Shenzhen con 5.000 Explorer 1, un modelo de 45.000 dólares de BYD, ya el mayor fabricante mundial de VE.

En 2023, China superó a Japón como primer exportador de automóviles, con cinco millones de unidades. Según diversas estimaciones, el gigante asiático tiene capacidad instalada para fabricar 40 millones de VE al año, con una demanda interna que oscila entre 20-25 millones.

Al anunciar la investigación, Biden dijo que China quiere dominar la industria con prácticas desleales y así inundar los mercados mundiales. “No lo voy a permitir”, dijo. Biden ha demostrado durante su mandato que el proteccionismo no es una política exclusiva de los republicanos. Después de que la United Auto Workers Union hiciera oficial en febrero su apoyo a su campaña de reelección, es muy probable que marque también el rumbo de la política económica estadounidense de los próximos años.

De Michigan –corazón de la industria y que alberga a la mayor comunidad de origen árabe del país– puede depender el resultado final de las elecciones de noviembre. En 2020, Biden ganó en el Estado con una ventaja de solo 154.188 votos (2,7%%). Esta vez la…