La región, por experiencia propia, sabe bien lo que significa recibir la mirada crítica de Washington. Anteriormente ha sufrido la imposición de aranceles que afectaron a su balanza comercial, calificaciones de riesgo, restricciones de acceso a mercados financieros, narrativas antinmigración… Pero en su segundo mandato, tras la crisis diplomática con Gustavo Petro, Trump dejó claro que no tolerará la falta de alineamiento.
Trump sabe que puede presionar a los países latinoamericanos más que a nadie porque no tienen la capacidad –ni la voluntad política– para enfrentarse unidos a eventuales abusos de poder de su parte, que no necesita siquiera aplicar una estrategia de divide et impera como se está haciendo en Europa.
En pos de ese objetivo, Rubio no encontró a nadie más dispuesto a seguir los objetivos de la Casa Blanca que Nayib Bukele. Además de aceptar vuelos de deportados salvadoreños y de cualquier extranjero ilegal en…