En 2011 le tocó el turno de gobernar a su hermana, Yingluck Shinawatra, destituida en 2015 por otro dictamen judicial que la acusó de abusos de poder. Estos antecedentes explican que muchos anticipen un corto gobierno a la nueva heredera del clan, de solo 38 años y casi sin experiencia política.
Paetongtarn afirma que su padre –un magnate de las telecomunicaciones elegido en 2001 y 2005 por su programa populista y que regresó al país en 2023 después de 15 años de exilio en Londres y Dubai– es su principal asesor y consejero. Aun así, después de décadas de inestabilidad política, quiere abrir una nueva etapa para la sociedad tailandesa, en gran medida dividida por las políticas de su padre.
Aunque el rey Maha Vajiralongkorn ha ratificado el nuevo gobierno e indultó hace a unos meses a Thaksin, se espera que el establishment monárquico ultraconservador vaya a volver a colocar sobre ella la espada de Damocles de las sentencias de la corte constitucional.
Los militares designan, por otra parte, a los 250 miembros de la Wuthisapha, el senado tailandés. Y si alguna de esas válvulas de seguridad falla, siempre quedan como último recurso los golpes militares a la vieja usanza, aunque ya menos necesarios por los cerrojos judiciales que instauró la constitución de 2017 para deshacerse de partidos incómodos.
Desde 2006, tres aliados de Thaksin y su propia hermana fueron destituidos por métodos judiciales expeditivos. En 2008, la corte constitucional fulminó al tío de Yingluck, Somchai Wongsawat, y disolvió al Pheu Thai. Thaksin, sin embargo, no cumplió ni un solo día de prisión de los ocho años a los que fue condenado “in absentia”. Tras su regreso en agosto de 2023, fue ingresado en un hospital militar del que salió en febrero en libertad condicional.
Desde entonces no…