La euforia de Keir Starmer era imposible de disimular. La lectura del líder laborista es clara: el país, cansado de su actual primer ministro, Rishi Sunak y de los sucesivos giros de guión del partido conservador, pide un cambio. “Un mensaje ha sido enviado directamente al primer ministro… para decir que estamos hartos de su decadencia, el caos de su división y queremos cambio. Queremos avanzar con el laborismo”.

Los resultados apuntan a una contundente victoria laborista y uno de los peores resultados locales para los tories en los últimos cuarenta años. Las fuentes oficiales del partido conservador tratan de blindar al líder, asegurando que su continuidad y candidatura no está en juego.

El presidente del Partido, Richard Holden, dijo: “El primer ministro liderará al partido hacia las elecciones generales, no hay dudas al respecto”. De confirmarse castigo a los tories, la presión aumentará en los próximos días sobre el primer ministro para que transmita nuevas energías de cara a este año electoral clave.

Los ciudadanos fueron convocados a las urnas para elegir a sus representantes en 107 de los 318 consistorios en Inglaterra, la región más densamente poblada del Reino Unido, cuyas últimas elecciones se remontan a 2021. Según los resultados, los conservadores podrían perder hasta la mitad de los representantes que tenían hasta el momento.

Un resultado destacado para el Partido Laborista fue el obtenido en la elección parcial celebrada en la circunscripción de Blackpool South, en el noreste de Inglaterra, para elegir al nuevo diputado que ocupará el escaño en la Cámara de los Comunes. La elección parcial se ha producido tras la dimisión del conservador Scott Benton debido a acusaciones de presunto tráfico de influencias. El vencedor de esta contienda fue el diputado laborista Chris Webb, arrebatando el escaño al nuevo candidato tory David…