Los fundamentos geopolíticos de EEUU en Oriente Próximo muestran cada vez con mayor claridad sus límites. Israel, Arabia Saudí e Irán, elegidos como socios preferentes en el siglo XX para contrarrestar a Rusia, necesitan y buscan la confianza y el acercamiento a otros socios comerciales, potenciales inversores y hasta suministradores de material defensivo. La presencia de Washington y sus dependencias derivadas se entienden hoy de manera totalmente distinta.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial quedó claro que Washington sustituía a Londres como líder indiscutible en Oriente Próximo, y que el pilar principal de la relación se establecía en torno a un esquema: el mantenimiento de un statu quo fundamentado en evitar que la Unión Soviética se situara con ventaja en la región, y en asegurar el control de las principales fuentes de aprovisionamiento de hidrocarburos y de las correspondientes vías de tránsito. Para asentar dicho esquema, EEUU eligió…