Pese a las auspiciosas expectativas que suscitaron los primeros 100 días de su mandato, Lasso –que gobierna uno de los últimos bastiones conservadores de la región– apenas tuvo una luna de miel política tras su sorpresiva victoria en la segunda vuelta de las elecciones en abril.
El exitoso programa de vacunación, que lanzó en cuanto pisó el palacio de Carondelet, inmunizó en solo tres meses a la mitad de la población, unos nueve millones de personas. El gobierno renegoció además un crédito del Fondo Monetario Internacional por valor de 6.000 millones de dólares y reincorporó Ecuador al CIADI, el tribunal del Banco Mundial que resuelve disputas y contenciosos entre compañías privadas y los Estados, un paso imprescindible para que Quito recupere la confianza de los mercados y se reactive la inversión extranjera.
Desde entonces, sin embargo, las cosas se le torcieron al presidente ecuatoriano, en parte por circunstancias adversas fortuitas,…