La Unión Europea vuelve a chocar con otra crisis externa, la guerra, que genera un duro impacto en la economía. En este caso, dos shocks con direcciones opuestas: inflación y desaceleración económica. De ahí que la pregunta que atormenta a economistas y políticos en Europa sea: ¿vamos camino de la estanflación? La preocupación es comprensible pues se trata de un escenario muy peligroso, ya que para vencer las espirales inflacionistas es necesario adoptar políticas contractivas que aumentan el riesgo de recesión.
Desde que comenzó la invasión de Ucrania, los precios se han disparado en los mercados de la energía y las materias primas. Este choque de precios además se está trasladando con rapidez a la inflación en todos los países europeos, porque son productos que forman parte de los bienes intermedios utilizados por todas las empresas para producir. Los precios energéticos afectan a todo el tejido productivo y, dado que…