La batalla de los bancos centrales contra la inflación está siendo cruenta. Tanto, que la recesión se dibuja en el horizonte como el resultado más posible de la contienda. La semana pasada lo resumía en esta frase Esther George, una de las mujeres más veteranas en el comité de la Reserva Federal: “No sé si podremos bajar este nivel de inflación sin tener una desaceleración o, incluso, si tendremos una contracción en la economía”. La principal arma que utilizan los bancos centrales es la subida de los tipos de interés, medida con la que buscan enfriar la demanda a través de un incremento de los costes financieros que soportan hogares y empresas.
Es este enfriamiento de la demanda lo que está provocando un frenazo en la actividad. De ahí que la gran duda sea: ¿hasta cuándo seguirá este ciclo de subidas de tipos? La respuesta no es sencilla, ya…