Las fases de subida agresiva de los tipos de interés generan siempre complicaciones financieras. Por mucho que el sistema financiero se perciba como sólido, el endurecimiento de las condiciones monetarias genera una panoplia de efectos que acaban afectando a la estabilidad, como la caída del precio de los activos, la reducción de la oferta de crédito o la caída de la demanda y la destrucción de empleo. Esta vez no ha sido diferente. Ya han sido intervenidos dos bancos estadounidenses (Silicon Valley Bank y First Republic Bank), uno europeo ha sido vendido a precio de derribo (Credit Suisse) y el resto de entidades financieras ha sufrido un duro golpe en bolsa.

Sin embargo, a pesar de las dificultades que están causando, los bancos centrales siguen empeñados en subir los tipos de interés para combatir la inflación. La Reserva Federal subió la semana pasada el “precio del dinero” hasta una horquilla…