El principal objetivo de la política monetaria moderna es la estabilidad de precios. Esto es, el control de la inflación, históricamente uno de los principales causantes de las crisis económicas. No hay sistema productivo capaz de sobrevivir a un periodo de inflación descontrolada, por lo que los países aprendieron, hace varias décadas, que controlar las condiciones monetarias para mantener la inflación en el entorno del 2% era condición indispensable para la prosperidad. Con esta premisa crecieron los bancos centrales modernos, hasta convertirse en lo que son hoy: uno de los principales agentes económicos.
Tal es el papel que han adquirido estas instituciones que ahora tienen que formar parte de la respuesta a uno de los grandes retos de la humanidad: el cambio climático. Los bancos centrales no solo deben dar una respuesta a la lucha contra el calentamiento global por ser una demanda social mayoritaria, sino también porque estarán dando…