Javier Milei ha sido siempre un economista convencido de la clarividencia de las ideas de Mises, Hayek, Rothbard y otros economistas de la escuela austriaca, cuyo interés por las funciones económicas del dinero era casi obsesivo. Desde Chicago, Milton Friedman nunca se cansó de insistir en que la inflación era sobre todo un fenómeno monetario.
En una reciente entrevista a Off the Record, Milei dijo que para el “saneamiento” del banco central, que se puede liquidar en cualquier moneda, lo más fácil es hacerlo en dólares, citando como ejemplo el “exitoso” caso ecuatoriano.
Quienes llevaron a cabo la dolarización en sus países, contó, le habían enviado un informe que le aconseja emprenderla cuanto antes. Por otro lado, según Jamil Mahuad, el expresidente ecuatoriano que en 2000 ordenó la dolarización y hoy profesor en Harvard, ese paso es como un “trasplante de hígado”: solo se hace cuando no queda otra salida.
Tras el default de ese año, recuerda, la devaluación había colapsado las importaciones en medio de la inestabilidad cambiaria y de precios. Es decir, una coyuntura no muy distinta a la de la Argentina “sin plata” de Milei. Según dicen los periodistas de su confianza, la propia Cristina Kirchner cree que Milei va a lograr que la inflación baje y que en julio dolarizará la economía. “La libre competencia de monedas”, señala el presidente, es el paso final de un proceso que empieza por sanear el banco central.
El tiempo que acarreará este proceso dependerá de la envergadura de la reforma del sistema financiero que espera concluir este año. Pese a las dificultades, insiste, lo importante es que el dólar –como reserva de valor, unidad de cuenta y medio de pago– acabó con la inflación ecuatoriana. De hecho, ha resistido a seis gobiernos distintos, entre ellos…