Del encuentro en la mansión Filoli no salió ningún comunicado conjunto, pero ambas partes lo consideraron un éxito, entre otras cosas por el restablecimiento de las comunicaciones directas entre sus mandos militares, una medida imprescindible para distender la situación en el estrecho de Taiwán.
Joe Biden subrayó el carácter “constructivo y productivo” de las discusiones con su par chino. Xi, que saludó sus palabras con sonrisas poco habituales en él, replicó que ambos países eran “plenamente capaces” de superar sus diferencias. En 1972, después de la reunión en Pekín de Richard Nixon y Mao, Barbara Tuchman escribió en Foreign Affairs que los encuentros cara a cara podían redirigir la historia por rumbos inusitados.
En 1979, 30 años después de la fundación de la República Popular China, Washington y Pekín volvieron a intercambiar embajadores. Tuchman conjeturaba que si en 1945 Mao se hubiese reunido con Franklin Roosevelt en la Casa…