INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1382

Digerir el ‘boom’ del empleo

Las estadísticas del mercado laboral en los países occidentales empiezan a mostrar señales de agotamiento. La política monetaria restrictiva y algunos excesos económicos, como los relacionados con el mercado inmobiliario, finalmente han comenzado a lastrar a un mercado laboral que está en máximos históricos en todas las economías desarrolladas.

Los años posteriores a la pandemia sorprendieron a todos los expertos con empresas realizando acopio de trabajadores como si se tratara de una materia prima en tiempos de incertidumbre. La mano de obra cualificada es un bien escaso para muchos países y las empresas optaron por aumentar sus trabajadores incluso por encima de sus necesidades. Pero esta fase parece que empieza a quedar atrás.

Estados Unidos recuperó los niveles de ocupación previos a la pandemia en septiembre del año 2022, con casi 159 millones de trabajadores. Desde entonces, en menos de dos años se han incorporado 2,4 millones más, un aumento del 1,5%. Nunca antes hubo tantos trabajadores en EEUU. Además, la mayor parte del empleo creado ha sido en el sector privado y a tiempo completo, lo que ha permitido aumentar las horas trabajadas a una tasa superior a la de la ocupación.

En la eurozona, la recuperación pospandemia fue más rápida, ya a mediados de 2021 había recuperado el nivel de ocupación previo al Covid, gracias a los sistemas de protección de empleo implementados, que facilitaron la vuelta de la población a sus puestos de trabajo. En el segundo trimestre de este año se han superado, por primera vez en la historia, los 170 millones de trabajadores en el área del euro. Ni siquiera la recesión de Alemania consiguió frenar al empleo, superando los 46 millones de ocupados por primera vez.

Sin embargo, los datos de los últimos meses empiezan a mostrar un cierto agotamiento del mercado laboral. Hay tres factores que operan en paralelo: la acumulación de trabajadores en las plantillas, las ganancias de poder adquisitivo de los salarios y la ralentización económica. Durante los años de la gran crisis inflacionista, las empresas podían trasladar a sus precios finales el aumento de los costes de producción, incluyendo…

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