En 2015 Barack Obama fue el último presidente en visitar África, cuando estuvo en Kenia y Etiopía. Mucho ha llovido –o dejado de llover– desde entonces. Lagos, Nairobi, Johannesburgo, Luanda y otras ciudades africanas ya están entre las mayores metrópolis mundiales en un continente en el que China ha sacado una ventaja casi insalvable tras multimillonarias inversiones en infraestructuras –carreteras, minas, puertos, puentes…– desde Zambia a Etiopía.
El comercio bilateral entre EEUU y los 54 países africanos es una sexta parte del que mantienen con China, que acaba de ofrecer 1.000 millones de dólares para financiar la modernización de la vía férrea que une Dars es Salaam con Zambia, construida con ayuda china en la era de Mao.
En África, pocos olvidan que en su primer mandato Donald Trump llamó shithole countries (“países de mierda”) a sus miembros. Pero como escribe Howard French en Foreign Policy, tampoco ninguno de…