El asalto de turbas de extrema derecha en las sedes de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial brasileños –el trío de obras maestras de la arquitectura modernista de Brasilia– fue una versión tropical, apenas disimulada, del que realizaron contra el Capitolio de Washington dos años antes los seguidores de Donald Trump. Y con el mismo objetivo: no reconocer unos resultados electorales. Así, el 8 de enero de 2023, Brasil revivió como farsa lo que Estados Unidos sufrió como tragedia el 6 de enero de 2021, en el atentado más grave sufrido por su democracia desde su restitución en 1985. Cuando Lúcio Costa y Oscar Niemeyer diseñaron la Plaza de los Tres Poderes como estación final de la Explanada de los Ministerios no podían imaginar que estaban facilitando el plan de futuros golpistas al crear un espacio abierto y diáfano y, por ello, vulnerable.

Las masas seguidoras del anterior presidente,…