La reciente escalada de violencia comenzó el 26 de mayo, a raíz del enfrentamiento entre manifestantes serbokosovares y las fuerzas de la OTAN, con el resultado de una treintena de heridos miembros de la KFOR. Los serbokosovares son mayoría en la región del norte, pero minoría en el conjunto del territorio de Kosovo, y el choque se debió a la polémica en torno a la entrada en los edificios municipales de los nuevos alcaldes de ascendencia albanesa en su mayoría, elegidos en unas controvertidas elecciones celebradas en abril donde apenas hubo participación electoral (3,4% de la ciudadanía). Tras el suceso, el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ha puesto en alerta al ejército.
Distintos gobiernos de Occidente han volcado sus críticas hacia Kosovo, al entender que forzar el acceso de los alcaldes a los edificios municipales fue una provocación. La solución pasaría, en estos momentos, por la celebración de nuevas…