La visita, perseguida desde hace meses por Michel, se ha producido en un clima muy complicado. Las protestas en varias ciudades chinas para exigir al gobierno un cambio en su radical política de lucha contra el Covid representan la mayor amenaza para el régimen desde hace 30 años, además de suponer un tormento para la población que sufre la represión de Pekín en el combate a la pandemia. La política de Covid cero impuesta por el Partido Comunista Chino ha puesto en jaque las cadenas de suministro globales.
Encabezados por los jóvenes, miles de ciudadanos han desafiado a las autoridades exigiendo poner fin a las políticas de confinamiento. Al grito de “libertad” y en un país donde el gobierno ha silenciado las protestas durante décadas –la sombra de Tiananmén es alargada– los manifestantes han reclamado respeto por los derechos humanos y han marchado en ciudades como la capital, y otras…