En 1994, tras la implosión de la Unión Soviética tres años antes, Ucrania era la tercera potencia nuclear del planeta. Como resultado de la planificación estratégica de Moscú, sus armas nucleares estaban desplegadas no solo en el territorio de la actual Federación de Rusia, sino también en Kazajistán y Ucrania. En ese momento, Kiev decidió desprenderse de todo su arsenal a cambio de ayuda económica estadounidense y garantías rusas a su integridad territorial. Este compromiso quedó plasmado en el Memorándum de Budapest, firmado por Rusia, Ucrania, Estados Unidos y Reino Unido. Hoy, en un trágico contraste histórico, Ucrania está siendo invadido por Rusia y se ve amenazado por los misiles nucleares rusos.
En su intento por disuadir a quienes elijan ayudar a los 44 millones de ucranianos a resistir el ataque ruso, Putin se ha encargado de recordar al mundo que Rusia es la mayor potencia nuclear del planeta y…