La detención del expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández –acusado de tráfico de drogas y armas y a la espera de la extradición solicitada a Tegucigalpa por el departamento de Justicia de Estados Unidos– ha vuelto a poner en evidencia el temible poder corruptor del crimen organizado en los países del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), donde las bandas superan el poder de fuego de las fuerzas de seguridad.
En su campaña, la actual presidenta, Xiomara Castro, acusó a Hernández de dirigir una “narcodictadura”. Según la solicitud de extradición, desde 2004 Hernández participó en el envío de 500.000 kilos de cocaína de Venezuela y Colombia a EEUU a través de Honduras, facilitando los embarques y protegiendo de la justicia a sus responsables.
Su futuro quedó sellado el 31 de marzo de 2021, cuando su hermano, Antonio Tony Hernández, detenido en Miami en noviembre de 2018, fue condenado a…