Las propuestas del nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro, de sustituir las industrias extractivas y los combustibles fósiles por energías más sostenibles, y las restricciones a la minería recogidas en la nueva Constitución chilena prometen convertir ambos países en líderes del “crecimiento verde” en la región para desarrollar economías inclusivas, ecológicas y circulares.
La minería a cielo abierto, la explotación petrolera en regiones amazónicas o la industria maderera, entre otras actividades, son cada vez más impopulares por su fuerte impacto medioambiental. Durante décadas, la minería en Chile ha contaminado fuentes de agua y el aire con metales en las llamadas “zonas de sacrificio”. Por primera vez, la Constitución, que será ratificada el 4 de septiembre, pondrá cortapisas a un sector que representa el 12,5 % del PIB.
El código minero heredado del régimen militar garantizaba al sector privado un acceso casi irrestricto a los recursos del país, con concesiones a…