El viaje del presidente de Argentina, Alberto Fernández, a Rusia y China difícilmente pudo producirse en momentos tan poco propicios: en plena crisis de Ucrania y sin que el mandatario argentino se pronunciara sobre la integridad territorial del país, aunque Argentina acaba de asumir la presidencia del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Fernández anunció, además, la adhesión argentina a la Nueva Ruta de la Seda que impulsa Pekín, pocas semanas después de que Buenos Aires alcanzara un acuerdo preliminar con el Fondo Monetario Internacional sobre el pago de su deuda externa.
En su encuentro con Vladímir Putin, Fernández mencionó cinco veces a Estados Unidos y ninguna fue en buenos términos. Entre otras cosas, dijo que Washington no ayudó a lograr el acuerdo, aunque sin su luz verde los 24 miembros del directorio del FMI no lo ratificarán. Su aprobación significará para Buenos Aires el ingreso de…