Una exclusiva publicada por el Frankfurter Allgemeine ha desatado recientemente las alarmas. El ministerio de finanzas alemán prevé reducir considerablemente el presupuesto destinado a ayudar a Ucrania. Si para 2024 la partida asignada es de 7500 millones de euros, para el año próximo el gobierno prevé destinar 4.000 millones. Para 2027, la cantidad se reduciría drásticamente a 500 millones.
Los tres socios del Gobierno, socialdemócratas, verdes y liberales, han puesto fin a una de sus negociaciones más complicadas, cuadrando a contrarreloj el presupuesto de 2025. El ortodoxo ministro de finanzas, Christian Lindner, de la familia liberal, insiste ferozmente en mantener el freno a la deuda. Habrá recortes en casi todas las partidas, entre ellas la del apoyo a Ucrania.
La ayuda a Kiev ha sido una de las piezas más sensibles de la negociación y la revelación sobre el recorte ha coincidido con las noticias sobre el boicot al controvertido gaseoducto Nord Stream. Se ha sabido recientemente sobre la implicación ucraniana en el sabotaje sufrido por la infraestructura, que se tradujo en una gran pérdida de gas para el país.
Los partidos ultra alemanes, el derechista Alternativa para Alemania (AfD) y la nueva formación izquierdista liderada por Sahra Wagenknecht, aprietan todo lo que pueden al gobierno para que cesen las ayudas a Kiev. El ejecutivo liderado por Olaf Scholz, por su parte, niega que la ayuda a Ucrania esté en riesgo y sus portavoces recuerdan estos días el volumen de la ayuda prestada a Ucrania.
Alemania es el mayor contribuyente europeo a la lucha de Kiev contra los invasores rusos, proporcionando más de 14.000 millones de euros en ayudas –en su mayoría militar – entre el inicio de la invasión en febrero de 2022 y finales de junio de 2024, según el Instituto Kiel para la…