La guerra en Ucrania tiene unas derivadas para la seguridad, la economía y la energía en Europa difíciles de calibrar. El grado de exposición a cada uno de estos tres incendios varía entre los países europeos, pero destaca la situación de vulnerabilidad de un país como Alemania, primera economía de la Unión Europea, debido a su gran dependencia energética de Rusia y ante la amenaza del Kremlin de cerrar en seco el suministro de gas en otoño.
Hoy parece temerario haber asentado el éxito de un modelo económico muy industrializado como el de Alemania sobre las importaciones energéticas de un país como Rusia. Antes de la guerra, además de carbón y petróleo, Moscú proveía a las empresas y hogares alemanes del 50% del gas que consumían. Desde la invasión, las importaciones de carbón y petróleo se han reducido de manera drástica, pero todavía hoy el gas ruso representa en torno…