El carpetazo al Nord Stream 2, que conecta directamente Moscú con Berlín, ha sido el primer golpe de efecto político del canciller Scholz. Le ha seguido el anuncio de una inversión de 100.000 millones de de euros este año en un fondo especial destinado a la modernización del ejército alemán, así como el aumento del gasto en defensa anual para alcanzar el 2% del PIB, un compromiso del país en el seno de la OTAN largamente aplazado y que ahora se convierte en prioritario.
Alemania había suspendido la certificación del Nord Stream 2 tras el reconocimiento de la independencia de las repúblicas del Donbás por parte de Rusia, pero días después el proyecto quedó finalmente muerto con la invasión de Ucrania. El gasoducto estaba destinado a convertirse en el gran nexo energético entre Rusia y Alemania, pese a que Estados Unidos y la UE habían criticado el Nord Stream 2,…