INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1333

África Occidental: ONU fuera, Wagner dentro

El Consejo de Seguridad aprobó el 30 de junio la finalización de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA). La decisión no significa que los cascos azules hayan cumplido su tarea –contribuir a la eliminación de la amenaza del terrorismo yihadista–, sino que ha sido la respuesta obligada a la petición expresa del gobierno maliense plasmada en una carta al presidente del Consejo de Seguridad.

La MINUSMA nunca ha estado en realidad en condiciones de lograr por sí misma el objetivo de neutralizar la amenaza de los distintos grupos yihadistas activos en Malí. En sus 10 años de actividad, con unos 15.000 efectivos entre militares y policías, la misión ni ha podido frenar la expansión de grupos ligados a Al Qaeda (JNIM, el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes, como referencia principal), al Dáesh (con el Estado Islámico en el Gran Sahara en cabeza) u otros que apenas son más que bandas criminales recubiertas con una ligera patina ideológica, ni mucho menos evitar la deriva golpista y antidemocrática del país.

Militarmente, la misión nunca ha podido garantizar la seguridad de un territorio de más de 1,2 millones de kilómetros cuadrados, con 7.200 kilómetros de fronteras enormemente porosas y unas exiguas fuerzas armadas y de seguridad locales de muy escasa capacidad operativa que son…

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