A China se le volvió en contra la escenografía fastuosa con la que quiso impresionar a los invitados del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Internet se llenó de fotografías y memes llamativos que tiñeron de frivolidad el encuentro.
El primer impacto visual de la cumbre, celebrada entre los días 10 y 12 de noviembre en Pekín, fue la ceremonia de recepción a los líderes mundiales, que tuvo lugar en el Water Cube, un estadio construido para los Juegos Olímpicos. Mismo marco y mismo estilo de aquellas celebraciones: gran escenario, luces, música, coreografías masivas, desfiles elegantes, fuegos artificiales… Todo haciendo uso de las más avanzadas tecnologías. La alfombra roja se sustituyó por una calzada iluminada eléctricamente en color escarlata. Por ella iban llegando los automóviles blindados de los dignatarios, como el espectacular The beast del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Pronto llegó la primera conmoción: las camisas de seda de los invitados, con cuello mao. “Cumbre de Star Trek”, titulaban The Daily Beast y otros medios. Se dispararon los comentarios sobre los parecidos de los asistentes con el elenco de la conocida película de ciencia ficción. La foto de Vladimir Putin y el primer ministro de Australia, Tony Abbot, fue particularmente compartida, siempre acompañada de frases tendentes a destacar su similitud con los villanos de la cinta.
«Mostrando la típica falta de respeto por la propiedad intelectual internacional, China toma prestados los trajes de los líderes de APEC de Star Trek», bromeaba en Twitter el corresponsal del Financial Times en Indonesia, Ben Bland.
Para la periodista Patrycia Centeno, especialista en política y moda, la indumentaria iba más allá de lo anecdótico y suponía la representación gráfica de la claudicación de Obama ante el empuje de China, una idea que sobrevoló toda la cumbre. Después de años de enfundarse ponchos, guayaberas y batiks en función de la sede elegida para la cumbre anual APEC, Estados Unidos afirmó en la de 2011 que prefería vestir el traje occidental en los siguientes encuentros. No pudo ser, aunque Obama parecía estar tranquilo. Apareció mascando chicle, una imagen también muy comentada.
Entre los 21 líderes asistentes, el que se llevó el mayor protagonismo fue el presidente ruso. Salió del encuentro con el apelativo de caring man (hombre protector) por la ocurrencia de ponerle una manta sobre los hombros a la primera dama de China, Peng Liyuan. El exespía, el macho alfa soltero, el hombre que caza tigres y muestra el torso, “excediéndose” con la esposa de su amigo/rival Xi Jinping. Ella dejó la prenda en cuanto pudo en manos de un asistente, pero la televisión china (CCTV) había emitido la secuencia y nada pudo hacerse contra su multiplicación y la de etiquetas hilarantes en Twitter y Weibo, el Twitter chino. Los censores retiraron la imagen de las redes.
Se asemeja a una fiesta de disfraces, pero no parecen estar pasándolo muy bien, vino a reflejar la prensa internacional. Esa suspicacia culminó con el saludo gélido entre el presidente de China y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, un “cómo darle la mano a alguien a quien no puedes soportar”. Los expertos en comunicación no verbal se frotaban las manos: mucha imagen enlatada para esconder grandes diferencias en temas rocosos.
En Pekín se han hecho importantes anuncios sobre comercio, medidas anti-corrupción, infraestructuras, pero la sensación era de ligero fiasco, incluso pese al gran acuerdo alcanzado entre EE UU y China contra el cambio climático. Presentado en un primer momento como histórico, ha empezado a ser cuestionado por los expertos. Para comunicarlo, el presidente chino hizo algo poco habitual, ofrecer una rueda de prensa, pero esta se torció cuando le preguntaron por la falta de libertades de los periodistas en suelo chino y el dignatario declinó contestar. Es lo que tienen los grandes espectáculos. Se mueve por descuido una cortina y aparece algún cabo sin atar.