Anuario Internacional CIDOB 2011: claves para un mundo en crisis

 |  28 de septiembre de 2011

El anterior volumen del anuario internacional de CIDOB repasaba los acontecimientos de un año turbulento, 2009, agitado por los embates de una crisis global cuya recuperación quedaba para más tarde. El último volumen de CIDOB, que repasa los avatares de 2010, continúa marcado por las consecuencias de dicha crisis, que sigue cebándose con los países más desarrollados y cuyo final, ya en 2011, sigue sin vislumbrarse.

“Un año perdido”, en palabras de Stephan Sberro, profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México, quien introduce el anuario. Así es calificado 2010: en el mismo sentido que lo fue la década perdida para América Latina en los años ochenta y para Japón en los noventa. “El mundo pudo soslayar los sucesos catastróficos, pero fue incapaz de crear las condiciones necesarias para sanear la economía y la política”, expone Sberro.

El repaso de la economía global en 2010 corre a cargo de Jo Marie Griesgraber, directora ejecutiva de la coalición New Rules for Global Finance, de Washington. En su artículo, Griesgraber se pregunta por el final de la Gran Recesión, cuya defunción se anunció prematuramente en julio de 2009. Más de dos años después, el debate sigue más vivo que nunca. “Uno de los resultados más positivos de la crisis financiera fue el G-20 y otros foros donde los jefes de Estado de todo el mundo se reúnen regularmente para discutir de forma franca y para buscar en serio formas de hacer frente a los problemas financieros más complejos”, precisa Griesgraber, para quien no todo han sido errores.

Uno de los epicentros de las turbulencias en 2010 (con continuidad en 2011) es Europa. El Viejo Continente hubo de ocuparse de dos grandes tareas el año pasado. Por un lado, la implementación de las reformas del Tratado de Lisboa, y por el otro, la gestión de la crisis de la deuda soberana. Mientras tanto, los mercados dinámicamente emergentes, en particular en Asia, han seguido creciendo con la crisis. “El relativo declive económico y demográfico de la UE es probablemente uno de los argumentos más fuertes a favor de la necesidad de una mayor aproximación entre los Estados miembros de la Unión”, explica Daniela Schwarzer, del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, en Berlín.

Del repaso y análisis de las relaciones exteriores de España en 2010 se ocupan varios autores. Ignacio Molina y Juan Tovar, profesores de la Universidad Autónoma de Madrid, tratan la política exterior y de seguridad, en el año “más complicado y menos grato para la posición internacional de España del último cuarto de siglo”, según afirman ambos autores. Esther Barbé, profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), y Laia Mestres, investigadora de CIDOB, hacen balance de la presidencia española de la UE durante el primer semestre de 2010, “una presidencia de transición”. Por último, Josep Oliver Alonso, profesor de la UAB, analiza la economía española en 2010, penalizada por el “pleno impacto de la restricción exterior”.

El Anuario CIDOB 2011 centra su atención, asimismo, en Turquía, protagonista de su perfil de país, un Estado que durante la última década ha experimentado importantes cambios y transformaciones que ha sufrido en todas y cada una de las esferas de la vida social. La proactiva política exterior del país y una dinámica economía han aumentado la visibilidad y el poder regional del país, despertando un enorme interés por la nueva Turquía.

El CIDOB es un centro de estudios y documentación radicado en Barcelona cuyo ámbito de trabajo se centra en las relaciones internacionales.


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