El 12 de enero de 2011 se cumple un año del terremoto de magnitud 7.0 que asoló Haití, uno de los países más pobres del mundo, y hoy en peor situación que entonces. El Estado de Haití superaba así la categoría de Estado fallido para convertirse en un Estado fantasma, con más de un millón de refugiados.
“Antes del terremoto, Haití no tenía una economía viable y soportaba un gobierno débil y una tutela internacional”, expone en el último número de Política Exterior Aitor Zabalgogeazkoa, director general de Médicos Sin Fronteras. “Un año después, se arrastra a través de un periodo de reconstrucción lento donde los haya, unas elecciones cuestionadas y además se ve afectado por un brote de cólera inédito en el último siglo en el Caribe”.
La evaluación de daños materiales provocados por el terremoto oscila entre los 8.000 y los 14.000 millones de dólares. En Puerto Príncipe, donde se concentraba el 65 por cien de la actividad económica, el temblor destruyó 100.000 edificios, entre ellos 1.300 escuelas y 50 hospitales y centros de salud. Según Zabalgogeazkoa, solo una décima parte de los escombros de la capital haitiana han sido retirados.
La ayuda internacional prometida tras el terremoto, como sucedió en anteriores catástrofes (el huracán Micht que arrasó Nicaragua y Honduras, el terremoto de Bam en Irán) no termina de llegar. La Conferencia de Donantes anunció compromisos por valor de 9.900 millones, de los cuales 5.300 se desembolsarían en los dos próximos años. Hasta la fecha, han sido desembolsados y utilizados menos de 1.000 millones de dólares.
El 7 de febrero termina el mandato de René Preval, presidente del país, acusado de hacer una mala gestión de la poca ayuda internacional que ha llegado. La primera vuelta de las elecciones, celebrada el 28 de noviembre de 2010, sigue envuelta en la polémica. Según resultados del Consejo Electoral Provisional de Haití, Mirlande Manigat consiguió un 31,37% de los votos; Jude Celestin, candidato oficialista y yerno de Preval, un 22,48%, y Michel Martelly, un 21,84%. Martelly quedaba así excluido de la segunda vuelta.
Un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA), sin embargo, ha impugnado los resultados de las elecciones, debido a las irregularidades detectadas. Para la OEA, los ganadores son Manigat y Martelly, y deben ser ellos quienes se enfrenten en una segunda vuelta que aún no tiene fecha de convocatoria. Así, el mandato de Preval podría extenderse hasta mayo.
Para más información:
Aitor Zabalgogeazkoa, «Haití: la ayuda humanitaria internacional a examen». Política Exterior 139, enero-febrero 2011.
Amélie Gauthier, ¿Cómo rescatar Haití?. Política Exterior núm. 134, marzo-abril 2010.
Francisco F. Longoria, «Nueva catástrofe para Haití: que todo siga igual». Política Exterior núm. 134, marzo-abril 2010.