Esta semana en Informe Semanal de Política Exterior: libertad de prensa.
La confirmación por parte de la Corte Nacional de Justicia de Ecuador de la sentencia que castiga al diario El Universo a pagar una multa de 40 millones de dólares y con 36 meses de cárcel a tres de sus editores y un exeditorialista por “injurias” contra el presidente, Rafael Correa, indica que las amenazas a la libertad de expresión no se han mitigado en la región pese a la multiplicación de los medios que ha permitido Internet.
Los gobiernos autoritarios saben que los trabajos de investigación que pueden hacer estallar un escándalo político solo pueden ser emprendidos por medios de prestigio y con recursos económicos que les garanticen su independencia. Y las organizaciones criminales, que han arreciado su campaña de asesinatos de periodistas desde México a Brasil, piensan lo mismo.
Correa ha demostrado ser un discípulo aventajado de Hugo Chávez. Según él, la sentencia “liberará a América Latina de uno de los más grandes e impunes poderes: el de la prensa corrupta”. El director de El Universo, Carlos Pérez, ha recurrido la sentencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Utilizar el Código Penal para sancionar críticas contra funcionarios públicos es ilegal, según la Convención Interamericana de Derechos Humanos, de la que Ecuador es signatario.
Pero Pérez reconoce que el efecto intimidatorio será difícil de revertir: “A partir de ahora, los editorialistas revisarán hasta la última coma para no ser condenados por unos jueces serviles con el poder”. En su último informe sobre libertad de prensa en el mundo, Reporteros sin Fronteras (RSF) critica a casi a todos los países latinoamericanos, incluido a Chile, que sufrió en 2011 la mayor caída en su clasificación anual en la región.
La represión de los movimientos de protesta estudiantil y sus consecuencias en la prensa hicieron perder a Chile 47 puestos, para situarse en la posición 82. Brasil perdió 41 puestos, hasta el puesto 99, a causa de la violencia lanzada contra la prensa por parte del crimen organizado. En 2011 tres periodistas murieron asesinados en Brasil y, en lo que va de año, ya han muerto otros dos que habían investigado casos de corrupción policial y judicial.
También se registraron tres muertes de periodistas en Perú, donde también se multiplican los procesos por difamación e injuria. Pero la peor situación del continente sigue siendo la de Cuba, en el puesto 167 de los 179 países analizados por RSF. Aunque ya no hay periodistas en prisión, las detenciones breves con efectos intimidatorios se han multiplicado entre los blogueros.
México, por su parte, cayó 13 puestos (hasta el 149) por, entre otras cosas, el asesinato de cinco periodistas, el mismo número de los que murieron en Honduras, que se mantiene como el cuarto peor país de la región. El tercer país peor ubicado fue Colombia, con un muerto y multitud de amenazas, exilios y detenciones arbitrarias de periodistas. Argentina es un caso particular por la sinuosidad de las coacciones a la prensa que practica el gobierno. En enero, el gobierno argentino anunció nuevos cupos a la importación de papel, que según la Asociación de Entidades Periodísticas pueden ser utilizados “como herramienta de presión editorial o censura indirecta”.
Para más información:
Editorial, «La información gana. Gobiernos, prensa y WikiLeaks». Política Exterior 139, enero-febrero 2011.